Título y autor/a: | Futurama y la filosofía, de Courtland Lewis (coord.). |
Clave de lectura: | Preocupaciones filosóficas en una serie de dibujos animados. |
Valoración: | ✮✮✮✮✩ |
Comentario personal: | Enfoque didáctico y original. |
Vídeo: | Futurama |
Solo con el título, Futurama y la filosofía tiene bastante a su favor de partida. Siempre me gustó la serie de animación creada por Matt Groening, incluso más que Los Simpson, su hermana mayor en cuanto a popularidad e influencia cultural.
Los personajes, el dibujo, los guiones con sus múltiples guiños… Todo se engarza de forma notable y muy divertida en ella.
Tenemos a Fry, el patoso repartidor de pizzas que queda atrapado en una cámara criogénica y despierta en la Nueva Nueva York de mil años en el futuro.
A Leela, la expeditiva cíclope que capitanea la nave de Planet Express, empresa de mensajería interestelar propiedad del tataratataratataratío de Fry, el excéntrico profesor Farnsworth.
A Bender, el robot amigo de las carteras ajenas, las robopilinguis y la ingesta continua de alcohol para no oxidarse.
A la pizpireta Amy, el burócrata Hermes, el extraterrestre doctor Zoidberg, Zapp Brannigan, la cabeza conservada de Nixon… Me vienen a la memoria estupendos episodios con todos.
Por otro lado, la palabra «filosofía» hace despertar cierto hormigueo de ansiedad bajo la piel. ¿Qúe es filosofía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul…
Coordinados por Courtland Lewis, la veintena larga de autores que aportan sus ensayos al volumen se marcan como objetivo explicar algún concepto filosófico a traves de situaciones en la pequeña pantalla. Es decir, intentan que los «visualicemos». Y consiguen resultados positivos.
Así, nos hablan sobre la libertad a partir de la bandera de la Tierra que se zampa el doctor Zoidberg. ¿Tiene derecho la comunidad a sentirse atacada? ¿Y a oponerse? ¿Pueden entrar libertad y democracia en conflicto? ¿Por qué se distingue entre libertad positiva y negativa?
También sobre eficiencia económica y medioambiental, simbolizadas en la gran bola de basura que, lanzada al espacio centurias antes para quitarse de encima los residuos originados por el hiperconsumo, amenaza con retornar. ¿Son la cadena de reciclaje y las tecnologías «verdes» una respuesta al problema de fondo?
La guerra, sus «causas justas» y los «medios legítimos» para ganarla. Ética y moral. Amor y sexo. La identidad, ligada o no al cuerpo físico de objetos y personas. La muerte (¿existe algún «sentido de la vida»?). Dios…
De qué manera interpretamos la realidad, incluso negando lo evidente, para que encaje en nuestras creencias preconcebidas («¡Prefiero creer lo que fui programado para creer!»)…
Aristóteles, Hume, Locke, Rousseau, Kant, Hegel, Mill, Bentham, Kierkegaard, Freud, Russell, Berlin, son unos cuantos nombres que se dejan caer en el texto.
Un enfoque didáctico y original.
Si quiero creer que soy un robot, parece que nada me convencerá de lo contrario. Por tanto, la aproximación subjetiva también parece problemática, pues si creo completamente en algo de tal manera que toda mi existencia cambia, para demostrar mi aproximación subjetiva, parece que puedo creer cualquier cosa que desee creer. Así, ¿cómo reconciliar ambas aproximaciones a la verdad? ¿Qué creencias es racional o sano poseer?
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