jueves, 30 de noviembre de 2023

El universo in-formado

Portada del libro El universo in-formado, de Ervin Laszlo

Título y autor/a:El universo in-formado, de Ervin Laszlo.
Clave de lectura:¿Ciencia? heterodoxa para explicar la sustancia del universo.
Valoración:✮✮✩✩✩
Comentario personal:Me ha dejado perplejo.
Música:2001, Odisea en el espacio, de Alex North ♪♪♪

La búsqueda de una «teoría del todo» que reconcilie los conocimientos sobre el macrocosmos con los fenómenos propios del mundo cuántico no es una tarea nueva. Lleva ya años como asignatura de mentes privilegiadas.

Ahora bien, lo que propone Ervin Laszlo para llevar a cabo esa unificación en El universo in-formado topa con cualquier puerta escéptica que se precie.

El universo forma parte de un multiverso tanto en sentido paralelo como secuencial; es decir, ha nacido del colapso de otro anterior. Llamamos Big Bang a un evento repetido dentro de un círculo sin principio ni fin.

Una especie de fuerza bautizada a partir de la raíz sánscrita «akasha» une con hilos indisolubles tiempo y espacio, materia y energía, cuerpo y espíritu, hechos e ideas.

En el camino, Laszlo repasa espines, funciones de onda, estados virtuales, cuantos, violación de carga y paridad, la constante cosmológica…

Así como los conceptos de «vacío» e «in-formación» (no confundir con «información», sinónimo de conocimiento). ¿Y si el «vacío» consistiera en un medio físico de transporte? ¿Y si la «in-formación» fuera, junto con la energía, nuestra sustancia intrínseca?

El «campo akásico», al igual que ocurre con el gravitatorio, el electromagnético o el de Higgs, no se puede ver o tocar. No obstante, produce efectos mensurables.

Añadimos a la sopa tradiciones religiosas, «sabidurías ancestrales», metafísica, estadística, pansiquismo, reencarnación, telepatía y un montón de ingredientes hasta cocinar un gran holograma que, con la «conjugación de fase» adecuada…

Nos conduce a la «conciencia cósmica».

Será por ignorancia, no lo niego, pero me ha dejado perplejo.


Los Bangs crean pares de partículas y antipartículas, y el superávit de partículas que sobreviven puebla el espacio-tiempo del universo recién nacido. Las partículas se unen en átomos y con el tiempo la gravedad reúne a las partículas y átomos formando estructuras galácticas y estelares, y la clase de evolución que observamos en nuestro universo tiene lugar. Este proceso se desarrolla una y otra vez.

jueves, 23 de noviembre de 2023

Cómo perder un país

Portada del libro Cómo perder un país, de Ece Temelkuran

Título y autor/a:Cómo perder un país, de Ece Temelkuran.
Clave de lectura:La democracia está en peligro y no queremos enterarnos.
Valoración:✮✮✩✩✩
Comentario personal:No me termina de convencer.
Música:Mevlana (tradicional), del Ensemble Oni Wytars ♪♪♪

En algún momento de su desarrollo, Cómo perder un país empieza a perder suelo firme y se convierte en un alegato personal de la autora, con acusadas filias y fobias, desdibujando una denuncia global a la que sumarse.

Con pleno derecho, claro, porque Ece Temelkuran ve las cosas como las ve, a través del color de una lente política determinada. Pero quizá unos cuantos prefiramos unas gafas sin filtros que «nos protejan». Eso de que las derechas por definición sean malas y las izquierdas buenas, pues…

En todo caso, la escritora establece una hoja de ruta para la degradación de la democracia en el mundo, ejemplificada en su tierra natal, Turquía. Siete pasos hacia la dictadura de facto.

Crea un movimiento. Trastoca la lógica y atenta contra el lenguaje. Elimina la vergüenza: en el mundo de la posverdad la inmoralidad «mola».

Desmantela los mecanismos judiciales y políticos. Diseña tu propio ciudadano. Deja que se rían ante el horror. Construye tu propio país.

A los habitantes de naciones avanzadas o que aspiran a serlo se les introduce una pequeña semilla de rencor hacia el sistema. No hacia aquello que se hace dentro de él, sino hacia su esencia misma, su «debilidad»: la necesidad de tener en cuenta al otro.

Y se encuentran con quienes contienen la misma semilla, y de dos, tres, mil, un millón de semillas juntas, germina un tronco. Aún débil para arrebatar la luz al resto de árboles, pero con el tiempo, un buen condicionamiento que los abone y un líder que los apuntale y guíe en la dirección correcta...

Pero me fastidia que Temelkuran caiga en la trampa del simplismo y se ponga a perorar contra la derecha, el neoliberalismo mafioso, Trump, Erdogan, todo en el mismo saco, y que la esperanza sean la izquierda y el autodenominado «progresismo» con comillas.

Porque sí, sin más argumentos. Porque ellos lo valen.

No me termina de convencer, lo siento. Se queda cerca pero no llega.


El punto de inflexión crucial en el largo proceso de desmantelamiento del aparato del Estado y los mecanismos legales no es la implantación de cuadros formados por obedientes y leales miembros del partido o de la propia familia, como mucha gente tiende a pensar. La vuelta de tuerca que permite a los líderes jugar a voluntad con este aparato se inicia cuando estos empiezan a socavarlo para crear la sensación de que es superfluo.

jueves, 16 de noviembre de 2023

Futurama y la filosofía

Portada del libro Futurama y la filosofía, de Courtland Lewis

Título y autor/a:Futurama y la filosofía, de Courtland Lewis (coord.).
Clave de lectura:Preocupaciones filosóficas en una serie de dibujos animados.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Enfoque didáctico y original.
Vídeo:Futurama

Solo con el título, Futurama y la filosofía tiene bastante a su favor de partida. Siempre me gustó la serie de animación creada por Matt Groening, incluso más que Los Simpson, su hermana mayor en cuanto a popularidad e influencia cultural.

Los personajes, el dibujo, los guiones con sus múltiples guiños… Todo se engarza de forma notable y muy divertida en ella.

Tenemos a Fry, el patoso repartidor de pizzas que queda atrapado en una cámara criogénica y despierta en la Nueva Nueva York de mil años en el futuro.

A Leela, la expeditiva cíclope que capitanea la nave de Planet Express, empresa de mensajería interestelar propiedad del tataratataratataratío de Fry, el excéntrico profesor Farnsworth.

A Bender, el robot amigo de las carteras ajenas, las robopilinguis y la ingesta continua de alcohol para no oxidarse.

A la pizpireta Amy, el burócrata Hermes, el extraterrestre doctor Zoidberg, Zapp Brannigan, la cabeza conservada de Nixon… Me vienen a la memoria estupendos episodios con todos.

Por otro lado, la palabra «filosofía» hace despertar cierto hormigueo de ansiedad bajo la piel. ¿Qúe es filosofía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul…

Coordinados por Courtland Lewis, la veintena larga de autores que aportan sus ensayos al volumen se marcan como objetivo explicar algún concepto filosófico a traves de situaciones en la pequeña pantalla. Es decir, intentan que los «visualicemos». Y consiguen resultados positivos.

Así, nos hablan sobre la libertad a partir de la bandera de la Tierra que se zampa el doctor Zoidberg. ¿Tiene derecho la comunidad a sentirse atacada? ¿Y a oponerse? ¿Pueden entrar libertad y democracia en conflicto? ¿Por qué se distingue entre libertad positiva y negativa?

También sobre eficiencia económica y medioambiental, simbolizadas en la gran bola de basura que, lanzada al espacio centurias antes para quitarse de encima los residuos originados por el hiperconsumo, amenaza con retornar. ¿Son la cadena de reciclaje y las tecnologías «verdes» una respuesta al problema de fondo?

La guerra, sus «causas justas» y los «medios legítimos» para ganarla. Ética y moral. Amor y sexo. La identidad, ligada o no al cuerpo físico de objetos y personas. La muerte (¿existe algún «sentido de la vida»?). Dios…

De qué manera interpretamos la realidad, incluso negando lo evidente, para que encaje en nuestras creencias preconcebidas («¡Prefiero creer lo que fui programado para creer!»)…

Aristóteles, Hume, Locke, Rousseau, Kant, Hegel, Mill, Bentham, Kierkegaard, Freud, Russell, Berlin, son unos cuantos nombres que se dejan caer en el texto.

Un enfoque didáctico y original.


Si quiero creer que soy un robot, parece que nada me convencerá de lo contrario. Por tanto, la aproximación subjetiva también parece problemática, pues si creo completamente en algo de tal manera que toda mi existencia cambia, para demostrar mi aproximación subjetiva, parece que puedo creer cualquier cosa que desee creer. Así, ¿cómo reconciliar ambas aproximaciones a la verdad? ¿Qué creencias es racional o sano poseer?

domingo, 5 de noviembre de 2023

Los números no mienten

Portada del libro Los números no mienten, de Vaclav Smil

Título y autor/a:Los números no mienten, de Vaclav Smil.
Clave de lectura:El mundo se explica con números.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Demasiados temas, demasiado breves.
Música:Canon para dos violines «Der Spiegel», de W.A. Mozart ♪♪♪

Los números no mienten. Punto.

La premisa de Vaclav Smil con este título es que los números aportan fotografías fieles de la realidad. Se trata de un lenguaje que «hablan» todos los fenómenos del universo.

El problema recae en cómo traducirlo a la capacidad comprensiva humana.

También ha de tenerse en cuenta el origen de las cifras, ya que la fiabilidad de muchas, repetidas popularmente sin contrastar, merece cuarentena.

Pero, con las salvedades y precisiones que se quieran, el fondo continúa siendo el mismo: es necesario que aprendamos a guiarnos a través de un océano de datos.

En siete capítulos y setenta y un heterogéneos puntos de estudio, nuestro científico presenta demasiados, a mi parecer. La brevedad de tratamiento individual supone un escollo a la hora de reflexionar acerca del conjunto.

Nos habla sobre personas: natalidad, esperanza y calidad de vida, estatura, pandemias y vacunación, cuántas se necesitaron para construir las pirámides, por qué sudar mejoró la capacidad de la especie para la caza…

Sobre países: aspectos de los Estados Unidos y Europa a los que no se les da la importancia que merecen, el futuro de Japón, las incógnitas de China, India, Rusia, Gran Bretaña…

Sobre máquinas e inventos que cambiaron el mundo: motores eléctricos, diésel, transformadores, circuitos integrados, el fonógrafo, el streaming, la «maldición de Moore»…

Sobre combustibles. Sobre transporte. Alimentos. Medioambiente.

Cada epígrafe con su respectiva cuerda de apéndices, una retahíla de medidas, cálculos y representaciones gráficas que, por interesante que pueda ser el tema, a la postre penaliza la retención lectora.

Así que, puestos los valores numéricos y literarios en los platillos de la balanza, da una media aritmética tibia. No es el mejor libro que uno se pueda meter al cuerpo.


Un cuadrúpedo solo puede inhalar una vez por cada ciclo locomotor, porque su pecho debe absorber el impacto de las extremidades delanteras. Nosotros, sin embargo, podemos elegir otros ritmos, lo cual nos permite un uso más eficiente de la energía. La segunda (y más importante) ventaja es nuestra extraordinaria capacidad para regular nuestra temperatura corporal, que nos permite hacer algo que los leones no pueden hacer: correr durante mucho tiempo y a pleno esfuerzo bajo el sol de mediodía.