Valoración: Memorable ✮✮✮✮✮
Música: Concierto para piano nº 3 (III.Allegro), de J.S. Bach ♪♪♪
Billy vagando por los bosques de las Ardenas, conmocionado por el estruendo de la artillería y los tanques. Su traslado a un campo de prisioneros en Dresde. La destrucción de la ciudad por el bombardeo de 1945. El retorno a casa.
Los paseos por el espacio y el tiempo entre la Tierra y el planeta Tralfámador, donde Billy, según su testimonio, es expuesto en el zoo en compañía de la actriz Montana…
Dicen que Matadero cinco, de Kurt Vonnegut, es una de las mejores novelas del siglo XX.
La figura de Billy, testigo de acontecimientos incomprensibles, que resume cada una de sus experiencias con un descuidado «es lo que hay», nos desvela el destino desarticulado del ser humano.
Muñecos de trapo lanzados aquí y allá por fuerzas que no vemos, no elegimos, no sabemos controlar.
Las continuas líneas cruzadas entre la cotidianidad —empleo, familia, amigos— y lo extraordinario —la capacidad de Billy para recorrer el universo a voluntad, con su presente, pasado y futuro abiertos ante él—, nos sugieren una vía de escape.
Quizá interior, ya que nadie le cree cuando cuenta algo tan fantasioso. Incluso los más allegados se lo reprochan, como salidas de tono impropias de un hombre de clase media acomodado. Pero una puerta, al fin y al cabo.
En conjunto, no me cabe duda de que Matadero cinco merece con creces el calificativo que personas más sabias que yo le han dedicado.
Memorable. Es lo que hay.
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