lunes, 26 de mayo de 2025

Torpedos en el Cantábrico

Portada del libro Torpedos en el Cantábrico, de José Ángel del Río

Título y autor/a:Torpedos en el Cantábrico, de José Ángel del Río.
Clave de lectura:Acciones submarinas durante las dos guerras mundiales.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Muy documentado y con poco espíritu narrativo.
Música:Western Approaches, de Clifton Parker ♪♪♪

Según avanzo, noto que la presión hace crujir los mamparos. Luces rojas parpadean. Mis nervios se ponen a prueba.

En algún momento, dudo si abrir todos los tubos del blog y lanzar una andanada en abanico.

¿Cómo se puede escribir un libro sobre submarinos y que su quilla roce tanto la monotonía? ¡Impensable!

Pues me temo que así es. Torpedos en el Cantábrico distingue a José Ángel del Río como excelente documentalista —tiene que haber invertido larguísimas horas visitando archivos— y bastante menos buen narrador.

El subgénero de los escualos de acero está representado en sus ámbitos literario y cinematográfico por títulos que abarcan lo épico, lo trágico, lo histórico, lo simpático… Pueden elegirse enfoques casi tan numerosos como las leguas bajo el mar del Nautilus.

La obra de hoy debería unirse a la saga con honores, gracias a la singularidad de su teatro de operaciones; el obstáculo reside en la cuadriculada manera de contarlas.

Submarino beligerante hunde carguero español. Gobierno español protesta (con nota diplomática reproducida de la A la Z). Gobierno del submarino dice que lo estudiará (con nota diplomática reproducida de la Z a la A). Submarino beligerante hunde carguero español. Gobierno…

Sin variación, aparte de los nombres implicados, página tras página: el Marqués de Urquijo y el U 46, el Mercedes y el U 91, el Neguri y el U 152, el Monte Gorbea y el U 512

Adquirimos, por supuesto, conocimiento de actividades opacas, historiales de buques objeto de errores y crímenes en igual proporción, y relacionamos los ataques con los escenarios estratégicos que afectaron a las armadas en liza durante las dos guerras mundiales. Pero un guion tan monocorde lastra lo que ningún autor debería jamás perder de vista: el placer de la lectura.

Por fortuna, algunos capítulos aportan variedad. En concreto, los dedicados al Torelli y el Giuliani, sumergibles italianos que, forzados por averías de combate, recalan en el puerto de Santander en 1942. Las redes aliadas por un lado, y del Eje por otro, comienzan a trabajar para internarlos o propiciar su fuga.

¿Espías y submarinos? Mmmmmm… También destacan las operaciones más o menos subrepticias para reabastecer desde la costa nacional a los Unterseeboote germanos. Ya asoma un poco más la torreta.

Y aquellos incidentes que implican a unidades británicas como el Sceptre, con órdenes de alcanzar a ciertos navíos sin importar bandera o aguas territoriales, contribuyen finalmente a la flotabilidad del conjunto. Por los pelos.

Anoto en el cuaderno de bitácora: ¡abajo periscopio! ¡Tubo uno, fuego! ¡Tubo dos…!


Para el aprovisionamiento del U 21 en la costa gallega se requerían 40 toneladas de gasóleo, 8 de lubricante, 2 de agua dulce y comestibles para mantener a treinta hombres durante diez días. Inmediatamente, los agentes alemanes se pusieron en marcha con el fin de conseguir estas vituallas.

2 comentarios:

Beauséant dijo...

A mi me pierde la literatura, por eso no suelo leer ensayos. Me vale cualquier cosa mientras la encuentre bien escrita... deglutir datos sin ningún tipo de salsa es para mi una tortura y, parece, que el libro va por esos derroteros, ¿verdad?

Mannelig dijo...

Pues sí, es una buena analogía, ja, ja. Datos un poco crudos con algo de aliño aquí y allá.