Título y autor/a: | Las preguntas de la vida, de Fernando Savater. |
Clave de lectura: | «Filosofar» como ejercicio para una vida plena. |
Valoración: | ✮✮✮✮✮ |
Comentario personal: | Siga acompañándonos con sus textos, don Fernando. |
Música: | Centro di Gravità Permanente, de Franco Battiato ♪♪♪ |
Ahora que han purgado a Fernando Savater de una cabecera que hace mucho perdió la calificación de periodística, me parece un buen momento para revisitar a este autor. Y seguir reivindicando su trabajo.
Las preguntas de la vida es el ambicioso título que quisiera traer hoy al blog.
Como introducción, me gustaría insistir en la importancia de la filosofía para apuntalar un «aquí y ahora» digno, donde la existencia consciente suponga algún tipo de plenitud intrínseca. Solo algún tipo.
Por supuesto, filosofar no es un fin en sí, sino un medio. Apela a la infinita curiosidad con que nacemos para intentar explicarnos el entorno.
¿Preferimos renunciar a una vuelta adicional de tuerca que ponga a prueba los sillares de nuestro conocimiento? ¿Queremos que nos lo den todo mascado? ¿No intuimos que quizá nos apoyemos en una cueva de ignorancia?
Savater plantea cuestiones con el significado literal del término: «pregunta que se hace con intención dialéctica para averiguar la verdad de algo». No interrogantes con respuestas cerradas a cal y canto, y que ni se les ocurra chistar a los lectores.
De hecho, defiende «las filosofías», con énfasis en el plural. ¿De qué cuestiones hablamos en concreto?
La muerte. La razón. El «yo» hacia adentro y hacia afuera. La singularidad o similitud humana en relación con el resto de especies del planeta y aún más allá, con el universo. La libertad. La naturaleza. La convivencia. La belleza. El tiempo…
En cada una nos proporciona herramientas, reflexiones extraídas de los grandes pensadores, con ánimo de estimular nuestra mayor riqueza: la capacidad de analizar, comprender y transmitir información, desarrollando vínculos positivos en el proceso.
Sus capítulos se convierten así en diálogos con nuestra propia conciencia y con los demás. Que la vida tenga o no sentido —como expone en el jugoso epílogo— no significa ni de lejos que sea absurda.
En suma: que no decaiga, don Fernando. Siga acompañándonos con sus textos, por favor.
Aristóteles sostiene en cambio que lo único que hoy es verdadero es que «mañana habrá o no habrá una batalla naval», mientras que aún no puede ser verdad ni que «mañana habrá una batalla» ni que «mañana no habrá una batalla». Es decir, lo verdadero «para mañana» es la duda entre dos o más posibilidades, no la certeza profética de una u otra. El futuro es «contingente» —puede ser así o de otro modo—, no fatal ni necesario.
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