miércoles, 19 de febrero de 2020

Los pájaros de Verhovina

Portada del libro Los pájaros de Verhovina, de Ádám Bodor

Título y autor/a:Los pájaros de Verhovina, de Ádám Bodor.
Clave de lectura:Triunfo del sinsentido y su aceptación para sobrevivir.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Más flojo que libros precedentes del autor.
Música:Lamento, Danza de la mañana y Danza viva, de Sándor Fodor ♪♪♪

Vaya esto por delante: cualquier cosa que pudiera publicar Ádám Bodor, ahora o en el futuro, yo tengo intención de leerla.

Y es que su empeño en generar mundos absurdos, donde los personajes viven y se relacionan con acusada mordiente kafkiana, excita la imaginación.

Por ejemplo, tras los primeros párrafos de Los pájaros de Verhovina entran ganas de abundar en quién es Anatol Korkodus, la causa de que planeen detenerlo, por qué el ferrocarril que lleva a la colonia funciona de manera tan peculiar, de dónde sale el nombre del Mesón de las dos pellejas

Ahora bien, vaya por detrás que esta novela me parece menos lograda que precedentes como El distrito de Sinistra. No se paladea igual.

El autor sigue recorriendo esos caminos —sociedades alienantes donde no importa el sinsentido de las normas, sino el hecho de que se cumplan a ciegas— pero, a mitad del trayecto, parece perderse.

Aunque los personajes pugnen por resultar a cuál más estrafalario, aunque la atmósfera oscurantista de la que no son conscientes, o al menos para ellos es «lo natural», no cese de impulsar sus actos, no alcanza para mantener el listón del notable.

Simplemente aprueba.


El silencio prolongado, cuando se estira más y más, de repente cobra voz. Comienza con un suave suspiro, como el rumor de un lejano salto de agua; después empieza a chisporrotear y luego suena ya y retumba con una fuerza insoportable, y el mundo entero penetra en tus oídos como si les inyectaran hielo.

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