lunes, 29 de abril de 2019

El poder de los sin poder

Clave de lectura: Responsabilidad frente a ideología. Verdad frente a mentira.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✩
Música: Sinfonietta (5º movimiento), de Leos Janácek ♪♪♪
Portada del libro El poder de los sin poder, de Václav Havel.

En El poder de los sin poder, Václav Havel explica las razones para luchar por que todos los ciudadanos, no solo algunos beneficiados, tengan la primera y la última palabra en política.

Se trata de un libro de cierta complejidad, vaya por anticipado. Hay que leerlo con atención para apreciar la riqueza de su pensamiento.

Por supuesto, el autor habría pasado por el mundo de forma más tranquila si, en lugar de encarnar a la disidencia checoslovaca a través de la Carta 77 y el Foro Cívico, hubiera mirado al suelo, resignado a la suerte de su país.

Sin embargo, eligió defender la democracia «al estilo occidental», en un momento en que, de hacer caso a la propaganda, el paraíso de la igualdad lo representaban las «repúblicas populares».

(Hay quienes aún lo creen, por cierto. No se les caen las anteojeras).

Prefirió el pluralismo y la variedad de coloridos al camino monolítico, la uniformidad y la disciplina.

El sistema postotalitario es sólo un aspecto —drástico y por eso más iluminador su verdadero origen— de esta incapacidad general del hombre moderno para ser «dueño de la situación»; la «autocinesis» de este sistema es sólo una versión particular y extrema de la «autocinesis» global de la civilización de la técnica; la mentira, de la que es su espejo, es sólo una de las variantes de la mentira esencial del hombre moderno.

En su obra contrapone conceptos como responsabilidad individual al sistema postotalitario y a la ideología, esa coartada que tanto se usa para no discrepar.

Y acaba desembocando en la gran decisión, la definitiva que hemos de tomar: vivir en la verdad o vivir en la mentira.

Voces tan comprometidas como la de Havel, cuánto las necesitamos…


miércoles, 24 de abril de 2019

Sobre la tiranía

Clave de lectura: Lecciones que aprender del siglo XX.
Valoración: La más alta posible ✮✮✮✮✮
Música: Concierto de Varsovia, de Richard Addinsell ♪♪♪
Portada del libro Sobre la tiranía, de Timothy Snyder.

Mientras lo voy leyendo, entiendo que este libro y yo estamos hechos el uno para el otro. Y, cuando lo he terminado, me resisto a devolverlo a su estante.

Sobre la tiranía, de Timothy Snyder.

Sus veinte lecciones que aprender del siglo XX se transforman en aspiraciones personales, como reflejadas sobre un espejo de papel.

No obedezcas por anticipado. Defiende las instituciones. Cuidado con el Estado de partido único. Recuerda la ética profesional...

Cree en la verdad. Investiga. Contribuye a las buenas causas. Aprende de tus conocidos de otros países...

Cada lección, engañosamente sencilla por su brevedad, se explica mediante ejemplos históricos, aunque no muy lejanos en el tiempo.

La última manera [de que muera la verdad] es la fe que se deposita en quienes no la merecen. Tiene que ver con el tipo de afirmaciones autodeificantes que hacía el presidente [Trump] cuando decía que «Solo yo puedo resolverlo» o «Yo soy vuestra voz». Cuando la fe desciende de los cielos a la tierra de esa manera, no queda sitio para las pequeñas verdades de nuestro discernimiento y nuestra experiencia personales.

Y además cita como referencias unos cuantos libros más sobre los que ya estoy deseando poner los ojos.

Un flechazo


lunes, 22 de abril de 2019

Lamentaciones

Noche de domingo en casa. Cielo nublado. Té caliente.

Suenan las Lamentaciones de Jean Gilles...


domingo, 14 de abril de 2019

Ética para máquinas

Clave de lectura: Ética humana para entes no humanos.
Valoración: Imprescindible ✮✮✮✮✮
Música: Inteligencia artificial, de John Williams ♪♪♪
Portada del libro Ética para máquinas, de José Ignacio Latorre.

Quizá imprescindible podría parecer exagerado, de acuerdo.

Pero de interesantísimo no bajo. Es mi última palabra para resumir lo que opino de este libro.

Ética para máquinas, del profesor José Ignacio Latorre, insta a abrir los ojos. Porque plantea temas que definen nuestro modo de vida a todos los niveles, desde los pequeños detalles cotidianos hasta las decisiones de mayor calado.

Cuando se haga patente que las inteligencias artificiales, las IA, son capaces de evolucionar por sí mismas, de pensar en algún sentido quizá más allá de la lógica humana, ¿a qué conclusión llegarán sobre sus creadores?

¿Cómo coexistiremos con «entes» de capacidad individual mucho más rápida y amplia que la nuestra?

Las máquinas fuertes y calculadoras propiciaron nuestro debilitamiento físico e intelectual. El gran, gran peligro de la inteligencia artificial es que los humanos se deterioren en la valoración de sus principios. Si todo funciona bien en mi entorno, qué importa quién programó qué y cómo. La despreocupación moral es un peligro tan real como el declive físico e intelectual que hemos sufrido.

Y no se trata de una novela o una película de ciencia ficción, sino de realidades que son ya tangibles. El primer paso está dado en forma de algoritmos que, en múltiples ámbitos, toman decisiones automáticas en nuestro lugar.

Entonces, ¿cómo enseñar parámetros de actuación a estas IA? ¿Cómo programar ética en sus niveles más profundos? ¿Y exactamente qué ética? ¿La que las personas muchas veces incumplimos?

¿Dije interesantísimo? No, qué va. Vuelvo a imprescindible.


martes, 9 de abril de 2019

Operaciones especiales en la Edad de la Caballería

Clave de lectura: «Misiones imposibles» para caballeros medievales y renacentistas.
Valoración: Razonablemente bueno ✮✮✮✩✩
Música: La Rotta (Anónimo) ♪♪♪
Portada del libro Operaciones especiales en la Edad de la Caballería, de Yuval Noah Harari.

Virtudes que distinguen a Operaciones especiales en la Edad de la Caballería: es en general ameno, demuestra esfuerzo de investigación y no deja de tener originalidad temática, lejos de las trilladas «grandes batallas que cambiaron el mundo».

Por ejemplo, antes de asediar Jerusalén, Antioquía se alzaba en el camino de los cruzados. Parecía una ciudad inexpugnable y ellos tropas agotadas. ¿Cómo lograron tomarla?

Le sigue el rescate del rey Balduino, cargado de cadenas por el príncipe Balak en la no menos poderosa fortaleza de Khartpert.

También el magnicidio de Conrado de Montferrat bajo los puñales de los hashshasin y el fracaso francés frente a Calais («¡Traición! ¡Traición!»), cuyas puertas creían tener expeditas.

El rey Eduardo supo por primera vez de la trama para capturar Calais una semana antes, mientras se preparaba para celebrar la Navidad en su mansión rural de Havering. Aunque Aimeric y Charny creían que su acuerdo era un completo secreto, alguien se enteró, quizá uno de los ayudantes de Aimeric, y decidió compartirlo con el monarca inglés. Cuando este lo supo, decidió permitir que los conspiradores siguiesen adelante con sus planes para usarlos en su propio beneficio.

Y más: las conjuras borgoñonas que dominaron la política dinástica europea en el siglo XV, el papel del molino de Auriol en la fallida campaña del emperador Carlos a través de Provenza…

Elogio sin tirar muchos cohetes para Yuval Noah Harari, pero elogio al fin y al cabo.


martes, 2 de abril de 2019

El sueco

Clave de lectura: ¿Cuáles son las raíces del niño que ha crecido en otro país?
Valoración: Soporífero ✮✮✩✩✩
Música: Lontano, de György Ligeti ♪♪♪
Portada del libro El sueco, de Gábor Schein.

Si Gábor Schein quisiera escribir que hay un gato encima de una mesa, apuesto a que explicaría las razas felinas, lo bien que se encontraba el árbol antes de convertirse en tablones barnizados, y la filología comparada de la palabra «encima».

¿Qué aportan la mitad de las páginas de El sueco al desarrollo de la novela? ¡Nada! ¡Son un lastre!

Y eso que la trama en sí misma tiene potencial: un anciano diplomático del país nórdico, presintiendo la muerte, desea legar a su hijo adoptivo la verdad sobre sus orígenes. Para ello se pone en contacto con una psiquiatra de Budapest que puede desenterrar archivos sobre la madre biológica.

¿Qué ocurrió hace tantos años para que el niño acabase viviendo al otro extremo del continente?

Tampoco es que la caracterización de los personajes vaya mal encaminada: la excentricidad del enfermo, la separación que afronta el hijo, la falta de horizontes personales de la doctora...

A la doctora Biró le costaba tolerar la proximidad de otra persona cuando no se trataba de un paciente. En tal caso había de desempeñar un papel cuyas reglas conocía y que podría haber desempeñado también otra persona. Disponía de recursos y, al fin y al cabo, era ella quien lo dirigía todo, porque en eso consistía su trabajo: en poseer recursos y en dirigir de forma imperceptible.

Crisis de valores existenciales a priori sugerentes (como lo son las fotografías intercaladas en el texto, por cierto, que firma Petra Szős).

Pero no, a pesar del encofrado llega un momento en que la historia se desmorona, debido al estilo tan premioso del autor, y acaba sumergida en un monótono pozo sin fondo. Lástima.