Valoración: Estupendo ✮✮✮✮✮
Música: In the Heart of the Sea, de Roque Baños ♪♪♪
Aviso: puede que la opinión aquí vertida no la compartan todos los lectores.
Solo quienes se inclinen ante el poder de bajíos y tempestades, mientras el océano irrumpe incontenible en los pañoles.
Quienes aprieten los dientes al saber que la Elena aún se cañoneó embarrancada con el Irresistible y la Emerald, sus baterías de a doce contra las de treinta y dos del enemigo.
O mascullen sobre la desventura de la Santa Marta, sus fondos destrozados navegando en descubierta para la escuadra que planeaba atacar Pensacola.
Y rememoren que el San Miguel empezó a garrar pese a echar abajo las vergas de juanete, arriar cable y dar segunda ancla.
¿El San Pedro Alcántara? ¿Se logró salvar su tesoro? ¿Qué ocurrió con los cien hombres de la Vencejo cuando acudía en su auxilio?
Al mítico San Telmo se lo vio por última vez en el cabo de Hornos, con averías en el timón, la tajamar y la verga mayor.
El Poderoso, el Magnánimo, el Triunfante, el Rayo, el Monarca…
Uno por uno, conocemos el destino de buques que durante siglos dejaron sus cuadernas en tributo a las profundidades. Desde una sencilla cañonera hasta un tres puentes.
A aquellos que las noches de niebla sientan la llamada de una campana bajo su piel, sin duda les encantarán los Naufragios de la Armada Española de Cesáreo Fernández Duro.
A los demás…, pues no. Ellos se lo pierden