Valoración: Regular ✮✮✮✩✩
Música: Juego de tronos (Tema principal), de Ramin Djawadi ♪♪♪
¿Cómo funciona el mundo?
El mismo que se nos va rápidamente por el desagüe. El único que tenemos.
No es una pregunta que se pueda responder en pocas frases.
No obstante, ese parece ser el propósito de Pedro Baños en El dominio mundial: mostrarnos ciertos Elementos del poder y claves geopolíticas.
Comienza con la situación del poder militar, el más obvio para lanzar el mensaje de que tienes un garrote grande y, si quisieras, podrías zurrar a cualquiera.
Después pasa a la capacidad económica, el verdadero poder. Baños recuerda que, a lo largo de la historia, gran parte de los conflictos se han originado para obtener ventajas de este tipo.
La diplomacia obtiene la calificación de poder no tan blando. ¿No tenemos sentimientos de simpatía o antipatía por otros países, construidos a menudo más por intuiciones que por hechos concretos?
La labor de la diplomacia consiste en eso, en influir para que los demás favorezcan de buena gana nuestros intereses.
Y no muy lejos andan los servicios de inteligencia, que proporcionan el poder de la información.
El análisis también cubre los recursos naturales, el territorio y la población, las potencialidades intangibles —como la cultura o la identidad colectiva, en las que el uso del cine tanto tiene que ver—, la tecnología, la comunicación estratégica…
El aspecto más destacado del libro es que relaciona en una malla numerosas noticias, datos y tendencias de las que probablemente el lector tenía conocimiento por separado. Como si dijese: «Mira esto, esto y esto, ahora ten en cuenta esto otro, acuérdate de aquello, ata cabos…».
No obstante, la sensación es que pretende allanar demasiado el camino, para que las conclusiones de cada uno coincidan inevitablemente, qué casualidad, con la exposición.
Un poco… manipulador.