—One dollar, sir, one dollar, you get one, two, three, four, five, five for one dollar...
Y tú continúas tu camino, no has venido hasta el otro lado del mundo para comprar pulseras con cuentas de madera, quieres ver piedras, templos, palacios, construcciones de leyenda en medio de la selva.
—Monsieur, monsieur, très beaux, très beaux, un, deux, trois, quatre, cinq... Très beaux.
Vaya, también habla francés, es una cría muy espabilada. Consigue sacarte una sonrisa mientras trota a tu lado con su pequeña cesta de abalorios.
—Señor, un dólar, muy bonitas, señor, una, dos, tres, cuatro, cinco, sólo un dólar, señor.
Y te detienes, y parece contenta de haber dado por fin con el idioma adecuado, y se pone en la muñeca los adornos para mostrarte qué bien quedan. Y sigue contando: una, dos, tres, cuatro, cinco... por un dólar.
Y el sagrado papel con la efigie de Washington sale de tu cartera y a ella se le ilumina la mirada cuando lo depositas en su mano, y te hace una reverencia, muchas gracias, señor, y se va para entregárselo a alguien a quien no ves.
Y eres tú quien de los dos se siente más pobre por dentro.
7 comentarios:
Cuánta razón señor. Ese "se va para entregárselo a alguien a quien no ves" es el resumen de esas caritas desprotegidas, que deambulan a la suerte de la vida, sin tener la culpa, sin conocer escapatoria.
Ay. Cuánta verdad.
Breve y perfecto....Me ha encantado leer esta cruda realidad. Un beso de viernes
Mi querido amigo Mannelig, cuando te decidas a escribir con el fin de dejarnos helados con alguna realidad de esas que nuestras conciencias, a veces esconden, deberías poner un aviso de aquellos que alertan de "contenido abrasivo para las conciencias".
Genial tocas todos los palos y lo haces con maestría ejemplar. Gracias por estar ahí.
"a ella se le ilumina la mirada" cuanta felicidad ella sentira por breves momentos en su vida... pero no conoce otra manera de experimentarla...
A mí estas situaciones me destrozan por dentro... no puedo con ellas. Me siento completamente culpable, no lo puedo remediar.
Un saludo!
Al igual que a Netomancia, me duele ese "para entregárselo a alguien a quien no ves".
Qué pena que esa capacidad para aprender no le garantice un futuro mejor. Ni siquiera un presente mejor y la vida de niña que le corresponde.
Muy bueno el texto. Directo a la conciencia.
Besos
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