Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Enter Sandman, de Metallica ♪♪♪
Protoheavy, black metal, thrash metal, death metal, brutal death metal, death metal técnico, death metal melódico, death metal sueco, blackened death metal, dead-thrash, doom, crossover, power metal, grindcore…
Un momento, que me acuerde: ¿el grindcore era…? ¿Qué era?
Este libro sirve para aclararlo: La historia del heavy metal, de Andrew O’Neill.
Diría que sobre todo se dirige a «paracaidistas» como yo, con ideas algo generales sobre el género, basadas en unos cuantos grupos famosos, pero que deseamos ampliar nuestra cultura mientras practicamos el headbanging.
Quizá presente una salvedad: la traducción más adecuada sería «una historia», y no «la historia». O'Neill se guía por gustos personales y su olimpo —o su hades tenebroso, según se mire— lo ocupan ciertas formaciones mientras pone a otras a caer de un burro.
Metallica son los amos. Y Sepultura. Y Pantera. Y Black Sabbath, Judas Priest o Motörhead. Pero cualquier cosa que huela a, pues… Mötley Crue o Guns N’Roses, por ejemplo, no son dignos de arrastrarse por este mundo.
Y a Dream Theater se lo toma por el pito del sereno. La discusión está servida.
P. D.: Pues no, no consigo que a mí me guste Sepultura.
P. D.: En la página 25 se promete que aficionarse al heavy te hace más sexi. Ya os contaré...
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