viernes, 8 de noviembre de 2019

Historia de una demencia colectiva

Clave de lectura: El fanatismo, el gran enemigo.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✩
Música: Divara, Wasser und Blut (Preludio), de Azio Corghi ♪♪♪
Portada del libro Historia de una demencia colectiva, de Friedrich Reck-Mallerczewen.

Friedrich Reck-Mallerczewen nos advierte de las consecuencias: los hechos que narra en su Historia de una demencia colectiva ocurrieron en el siglo XVI, pero los paralelismos con el XX y podría llegar el momento en que también con nuestros propios días, son evidentes.

Su propia lucha contra el odio y la amargura, «esos cánceres del alma», como los describe en la última carta a su mujer, le costó morir en Dachau.

En 1534 los habitantes de Münster «se volvieron locos» y le entregaron el poder a ciertos hombres que les hicieron promesas. Son recordados como los anabaptistas.

Les prometieron la felicidad en la Tierra, por anticipo de la del cielo. Solo tenían que seguir unas leyes transmitidas directamente de lo alto a sus profetas.

Y sus palabras atrajeron a miles. Tras expulsar al obispo elector, símbolo de la opresión, se prohibió la moneda, el comercio y la propiedad privada. Nadie debía tener un sombrero o un jubón más que su vecino.

Más tarde, sin embargo, llegó el terror a la «nueva Jerusalén». Cualquier desafecto era ejecutado de inmediato. Los matrimonios previos fueron anulados y se instauró la poligamia obligatoria. El heredero del líder original se proclamó rey, inspirado por visiones divinas…

Aun así, los defensores de la ciudad resistían el asedio del obispo y su ejército. Su esperanza era firme. No les importaban las normas cada vez más absurdas ni la espada del verdugo que recorría las calles en busca de la menor falta.

Todo acabó con la población agonizante y el «monarca» y sus lugartenientes exhibidos en jaulas en la torre de una iglesia.

Fanatismo. Promesas. Violencia. Destrucción. Siempre de la mano, a través de los tiempos.


miércoles, 6 de noviembre de 2019

Cine, cine, cine, más cine, por favor

Me llamo Íñigo Montoya.

Listos para entrar en el patio de butacas con la bolsa de palomitas.

Ha llegado el tiempo de las elecciones: ¿de qué película comprar entrada?

No tenemos nada de estreno, desde luego, pero entre eso y quedarse en casa…

A ver, vamos a repasar los guiones que se presentan otra vez:

Cómodo es un hombre sin moral, eso lo sabes desde siempre. Cómodo no puede gobernar. Es más, ¡no debe gobernar!

(Gladiator)

—La inmoralidad es subjetiva.
—Sí, pero la subjetividad es objetiva.
—No, en ningún esquema racional de percepción.
—La percepción es irracional, implica inminencia.
—Pero el juicio de cualquier sistema a una prioridad de relación de fenómenos existe en cualquier contradicción racional o metafísica, o al menos epistemológica, de un concepto empírico abstracto como el ser u ocurrir en la cosa en sí, o de la cosa en sí misma.
—Sí, yo he dicho eso muchas veces.

(La última noche de Boris Gruschenko)

—¿Con qué derecho me cierra usted el local?
—¡Qué escándalo, qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!
—Sus ganancias, señor.
—Muchas gracias. ¡Todo el mundo fuera!

(Casablanca)

—A los únicos que odiamos más que al pueblo romano es a los del Frente del Pueblo Judaico.
—¡Disidentes!
—Y al Frente Popular del Pueblo Judaico.
—¡Disidentes!
—Y al Frente Popular de Judea (...).
—¡El Frente Popular de Judea somos nosotros!
—Ah, creí que éramos de la Unión Popular...

(La vida de Brian)

Estoy harto de consentir con los brazos cruzados la infiltración comunista, la subversión comunista, la conspiración comunista, esa corriente, en la actualidad tan de moda, que envuelve e infecta todos nuestros preciados fluidos naturales.

(Teléfono rojo, volamos hacia Moscú)

Mmmmm, creo que voto por, mmmmm...

miércoles, 30 de octubre de 2019

Creatividad

Clave de lectura: ¿Cómo y por qué nace la creatividad? ¿Qué es, de hecho, la creatividad?
Valoración: Bueno aunque un punto árido ✮✮✮✩✩
Música: Sinfonía nº 41 «Júpiter» (IV.Molto allegro), de W.A. Mozart ♪♪♪
Portada del libro Creatividad, de Elkhonon Goldberg.

Este libro tiene cosas buenas y otras… regulares.

En el lado positivo, la propia naturaleza del tema: averiguar cómo se generan las ideas en el cerebro humano. Entender, desde un punto de vista científico, el origen del concepto: Creatividad.

Elkhonon Goldberg, prestigioso neurólogo, se embarca en esta tarea incorporando las técnicas de escaneo más recientes al corpus investigador clásico. Prácticamente disecciona los procesos bajo la caja de hueso que llamamos cabeza.

Y plantea numerosos interrogantes:

¿En qué afectan las diferentes tradiciones culturales de las sociedades a la cognición? ¿La limitan o estimulan unas más que otras?

¿Se aprende a pensar practicando, y en qué dosis, o siempre habrá un 1% de rupturistas y un 99% entre torpes y normalitos?

¿Las ideas surgen de repente, ex nihilo, o el proverbial equilibrio inspiración-transpiración tiene algo que ver?

¿Por qué, cuando buscamos alguna respuesta con toda nuestra capacidad intelectiva, el resultado es a menudo infructuoso, mientras se nos ocurren soluciones a los problemas en los momentos más inesperados?

¿Hay diferentes creatividades? ¿Se pueden medir y comparar? ¿Es relevante que Mozart escribiera las tres últimas sinfonías en unas semanas y Beethoven tardara años con su Novena?

¿Significa creatividad lo mismo que inteligencia?

¿Qué aporta un cerebro conservador a la supervivencia de la especie, y qué uno innovador?

¿Resulta cierta la división hemisferio izquierdo lógico vs. derecho especulativo, o son sus fronteras menos estancas de lo que nos habían enseñado?

Etcétera.

Ahora mi reproche: la manera que tiene Goldberg de exponer resulta —paradójicamente— poco creativa. Al menos, tal como se esperaría en una obra de divulgación.

A menudo sus páginas me han recordado al tópico libro de texto: pesado en el sentido aburrido del término.

No obstante, concedo que quizá no haya muchas formas de explicar complejidades fisiológicas como las que tienen lugar entre la corteza prefrontal lateral y la ventromedial-orbitofrontal, así que, en un todo, le pongo buena nota.


jueves, 24 de octubre de 2019

¿Quién soy yo... y cuántos?

Clave de lectura: Viaje filosófico desde el amanecer hasta el sueño.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: Sinfonía nº 22 «El filósofo» (I.Adagio), de Joseph Haydn ♪♪♪
Portada del libro ¿Quién soy yo... y cuántos?, de Richard David Precht.

¿Quién soy yo… y cuántos?

La persona que ha abierto hoy los ojos, ¿es quien los abrió ayer? ¿Y anteayer? ¿Y hace diez o veinte años?

¿La misma, mejor, peor…?

¿Qué me hace único o mutable? ¿Lo que hago? ¿Lo que pienso?

Si alguien compartiera mis recuerdos y experiencias, si luchara por los mismos ideales, ¿sería entonces también yo?

Richard David Precht ha escrito un título de mérito. Un «viaje filosófico» a partir de cierto planteamiento kantiano: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer? y ¿qué me cabe esperar?

Sobre esta base entrelaza diversas fuentes de conocimiento, a cuál más imaginativa en su presentación.

Nietzsche, nuestra antepasada austrolopiteca Lucy, Ramón y Cajal, Descartes, Mach, el señor Spock, Freud, Kandel, Wittgenstein…

Rousseau, De Waal, Schopenhauer, Libet, Bentham, Luhmann…

Y habla sobre casi todo: la existencia de los dioses, el aborto, la eutanasia, la alimentación carnívora o vegetariana, la bondad y la maldad, el origen de los sentimientos, los derechos de los grandes simios, la clonación, la propiedad…

La lista sigue y es larga. La historia de lo que ha venido poniendo a prueba el entendimiento del ser humano desde hace muchos siglos.

Claro que tampoco se sumerge en unas profundidades abisales para cada tema, sería imposible. Pero siembra en el lector la semilla —con una bibliografía muy tentadora— para continuar caminando en busca de la verdad.

No os quedéis atrás. Vais a agradecer leerlo.


domingo, 20 de octubre de 2019

El testamento de Magneto

Clave de lectura: El cómic como vehículo para la reflexión.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: X-Men 2, de John Ottman ♪♪♪
Pprtada del libro El testamento de Magneto, de Greg Pak y Carmine di Giandomenico.

Hoy me gustaría traer un cómic a escena: El testamento de Magneto, de Greg Pak y Carmine di Giandomenico.

Magneto es un personaje clásico de los X-Men, por supuesto, uno de los villanos del universo Marvel. Pero antes de amargarles la existencia al profesor Xavier y compañía, fue un niño.

Que nace y crece en Alemania. Su familia se apellida Eisenhardt. Su origen es judío.

El joven Max no entiende por qué el director y sus compañeros de colegio insisten continuamente en humillarle. Él no les ha hecho ningún mal.

Ni tampoco por qué su padre, veterano condecorado del ejército, corre peligro solo por visitar a un antiguo compañero de armas en la capital.

No entiende la Noche de los cristales rotos, la huida, el odio intenso, cruel, inmotivado, que se extiende por la sociedad, despojándose de cualquier careta cuando al fin estalla la guerra.

Él entiende de otras cosas, como el collar que le ha regalado a Magda. Y lo que su sonrisa significa.

Y de sobrevivir en Auschwitz, endureciendo el alma en el Sonderkommando que arroja los cuerpos a los crematorios.

No hay superpoderes aún, no hay fantasía, acción o hazañas heroicas.

Este es un cómic que se pregunta por qué.

Solo eso: por qué.


martes, 15 de octubre de 2019

Manifiesto cívico (X)

Cuadriga de la Aurora.

La reciente sentencia que condena a algunos de los promotores del intento de golpe de Estado, huelga aclarar a cuál me refiero, me motiva a dejar por escrito un par de consideraciones.

Primero, la ley no se rige –es fundamental que no lo haga– por las emociones de la sociedad. Incluso aunque estas fueran indubitablemente mayoritarias.

De otra manera hablaríamos de talión, de venganza, de «justicia popular»… No de ley.

Además, solo si existe prueba suficiente se debe condenar en la exacta proporción que dicte la norma.

No podemos retroceder en el tiempo para observar los secretos del delito antes de que ocurra, para ser testigos en lugar de intérpretes, para no correr el riesgo de equivocarnos.

Tenemos que conformarnos con investigar, preguntar y reconstruir.

Hacer que afloren las intenciones y los hechos, buscando aliviar a la víctima sin menoscabar las garantías del acusado.

Segundo, una vez separado el ámbito jurídico del sentimental, por supuesto que yo también tengo mi opinión particular sobre dicha sentencia. ¿Quién no?

Por ahí hacen ruido los que la consideran una «vergüenza», muestra de la «España fascista y opresora» (aunque, qué curioso, disfruten de toda la libertad para decirlo).

En el extremo opuesto se manifiestan igual de decepcionados. Demasiado flojo suena eso de la sedición.

En medio, unos jueces con un objetivo: hacer valer la ley, no contentar a unos u otros.

A los que supuran bilis, que imaginen todas las campañas de intoxicación que quieran. Que mientan.

Pero que aprendan que un Estado libre de ciudadanos libres, con reglas de decisión participativas, jamás desaparecerá sin más.

jueves, 10 de octubre de 2019

Breve historia del África subsahariana

Clave de lectura: África, la gran desconocida en la historia universal.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Zulú, de John Barry ♪♪♪
Portada del libro Breve historia del África subsahariana, de Eric García Moral.

El libro de hoy sirve para rellenar un agujero que la mayor parte de la gente sufrimos en materia de historia universal.

Porque acontecimientos en Europa, en América, incluso en Asia, al menos los conocemos a grandes rasgos. Pero, ¿qué ocurre con los de África? ¿Quién levanta la mano?

Eric García Moral narra unos cuantos en su Breve historia del África subsahariana.

El autor comienza desde la cuna: ¿qué factores explican el nacimiento y la posterior expansión de la especie humana desde la gran falla que conforma el valle del Rift?

A continuación se ocupa de los lazos entre las civilizaciones egipcia, nubia y de Kush, así como las noticias que en Grecia y Roma se tenían de unas tierras tan lejanas a través de las rutas de mercancías.

Ptolomeo ya menciona al reino de Axum, que remonta su mito fundacional hasta Menelik, hijo de Salomón. Sus gobernantes o negus llegaron a aliarse con Bizancio, para entrar en declive solo tras varios siglos de existencia.

Ghana devino también un próspero territorio, con riqueza aurífera, agrícola, ganadera y comercial. Hasta que no pudo resistir a los ataques de tribus nómadas y la desertización por los cambios clímáticos.

Mali, el imperio del oro, surgió con Sunyata Keita, fue defendido por Sakura y alzanzó el esplendor con Kanku Musa, que en 1324 peregrinó hasta La Meca con tanto metal dorado en los fardos, que hundió la cotización durante años en El Cairo. Su figura aparece representada en el Atlas Catalán de 1375.

Songhay, forjado gracias a los éxitos militares de su líder Sonni Ali Ber, creció igualmente, con una compleja estructura de funcionarios y administradores. Hasta que las armas de fuego del sultán de Marruecos y sus soldados de origen andalusí acabaron con él.

Kanem-Bornú, Gran Zimbabue, la leyenda del Preste Juan, los suajilis, las redes esclavistas creadas desde el asentamiento europeo en la costa occidental, los bóeres, los británicos, Sierra Leona, Liberia, el reparto de Berlín, las figuras de la resistencia anticolonial, los zulúes, las guerras mundiales, los Estados del siglo XX…

La pasión que García Moral plasma en la escritura es un aspecto que tampoco puedo pasar de largo. Se nota que disfruta transmitiendo y hace disfrutar. Sigamos, pues, promoviendo la curiosidad: ¡a leer!


sábado, 5 de octubre de 2019

Manifiesto cívico (IX)

Rosa roja con gotas de lluvia.

La llama para redactar el manifiesto cívico del día la enciende cierto concejal mediático de cierto partido, que declara que las trece rosas «torturaban, mataban y violaban vilmente».

¿Es esto de verdad lo mejor que hemos podido encontrar para dedicarse a la res publica?

¿Dice esas barbaridades con la esperanza de ganar algún voto añadido? ¿Merece la pena?

Las trece rosas fueron un grupo de mujeres acusadas, condenadas y ejecutadas en un infame juicio de nuestra infame posguerra civil, sin pruebas de sus supuestos crímenes y sin la más mínima garantía procesal, como resultó norma durante aquella época de venganzas.

Entre nuestros así llamados políticos también hay mala gente.

martes, 1 de octubre de 2019

Buenos presagios

Clave de lectura: ¿Por qué destruir el mundo? Al fin y al cabo se está muy a gusto aquí.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: The Good Omens, de David Arnold ♪♪♪
Portada del libro Buenos presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman.

Terry Pratchett y Neil Gaiman resumen en el prólogo cómo fue el proceso de escritura de Buenos presagios: «Nos lo hemos pasado bien».

El fin del mundo es inminente: multitud de signos lo anuncian, si seguimos el Apocalipsis. También hay pelos y señales en las Buenas y acertadas profecías de Agnes la Chalada, una vidente del siglo XVII quemada por bruja.

Su descendiente directa, Anatema Device, conoce el valor del libro, que describe de forma críptica pero segura hasta el mínimo acontecimiento de lo que ha sucedido y sucederá. Y resulta que lo ha perdido.

Newton Pulsifer, que a su vez desciende del cazador de hechiceras No Cometerás Adulterio Pulsifer, acaba de solicitar el ingreso en el ejército encargado de combatir a las fuerzas oscuras. Suman con él un sargento y un soldado.

Los cuatro jinetes, Muerte, Guerra, Hambre y Polución, están recibiendo las herramientas de su cometido a través de mensajería.

Las legiones de ángeles y demonios se preparan para la gran batalla…

¡Alto! En realidad lo estoy contando de forma desordenada. Debería haber comenzado por los protagonistas principales, cada uno en representación de un bando: Azirafel y Crowley.

Estuvieron aquí al principio de todo, cuando lo de la manzana, el paraíso y tal. Desde entonces se quedaron a vivir entre nosotros.

Y las ganas que tienen de que el tinglado se venga abajo son nulas.

Así que, quizá un pacto de colaboración para evitarlo, a espaldas de sus jefes…

De momento han nacido dos bebés al mismo tiempo, pero solo uno puede ser el Anticristo. ¿Adán? ¿Warlock? A ver si se han hecho un lío las sospechosas «monjas» del hospital, de la Orden de Parlanchinas de Santa Berilia.

Muchos otros personajes, sobrenaturales y humanos, aderezan con su presencia nuestros últimos días.

Total, que si uno busca participar un poco de la experiencia de Pratchett y Gaiman mientras la escribían, esta es su lectura. Sin dudarlo.


martes, 24 de septiembre de 2019

La expulsión de lo distinto

Clave de lectura: El pensamiento monologuista frente a la diversidad que invita al diálogo.
Valoración: Demasiado divagante ✮✮✮✩✩
Música: You Know Who I Am, de Giovanna Pessi y Susanna Wallumrød ♪♪♪
Portada del libro La expulsión de lo distinto, de Byung-Chul Han.

Hace meses escribí un apunte sobre otro título de Byung-Chul Han, Psicopolítica, y ya entonces manifesté ciertas reservas sobre la experiencia de lectura.

Al final lo consideré como razonablemente elogiable y me hice el propósito de seguir explorando la obra del autor. Quería formarme una idea más cabal de su pensamiento.

Pues me temo que La expulsión de lo distinto me ha dejado igual de dubitativo.

El mensaje de fondo vendría a ser la paradoja de que, en la era de la hiperconectividad, donde el intercambio de ideas es más factible que nunca, nos estamos volviendo todos más iguales. En un sentido negativo.

El concepto del «otro», un ser «misterioso» al que podemos desear o rechazar, con quien coincidir o ser divergentes, pero prestar interés, en fin, como alguien diferente a nosotros mismos, va desapareciendo.

En su lugar, nos volvemos parte de una masa amorfa, la personalidad diluida en una corriente de dirección única. Nos autodestruimos como entes irrepetibles en un mundo donde la regla de oro es consumir, consumir, consumir…

Lo que los demás hagan o piensen, yo también. Triunfan las redes sociales donde la información resulta hueca, usadas para el monólogo en lugar del diálogo. La sociedad del «me gusta» irreflexivo asoma en todo su esplendor.

Hasta ahí, el mensaje tiene un calado hondísimo. Invita a poner lo mejor de tu atención en cada párrafo, en cada línea del libro.

Hasta que Han se pone a divagar de una manera que es cosa mala. Se va por las ramas en el desarrollo.

O no sabe explicarse, o yo no sé apreciarlo, o una mezcla de ambas causas. Falta comunicación autor-lector.

El caso es que me quedo a medio camino. Tendré que volverlo a intentar con el siguiente, a ver si a la tercera...