jueves, 6 de diciembre de 2018

Manifiesto cívico (VII)

Paraguas con los colores de la bandera española.

Cuando redactamos la primera, allá por 1812, supuso un avance impresionante. Y digo redactamos, en primera persona, porque es un acervo del que sentirse orgullosos, como si hubiésemos estado allí.

De repente, a la voluntad o el simple capricho de un rey «por gracia divina» le contestaban palabras como Nación, ciudadanos, electores y derechos.

De la misma manera, la Constitución de 1978 nació con un propósito: nunca más sujetos, no ya a la voluntad o simple capricho de un rey, sino a cualquier tiranuelo.

Conviene tener muy claro, por tanto, qué es la Constitución. Y también qué no es.

Su raíz, principio y origen es la soberanía del pueblo español, del que emanan, como señala el artículo segundo, los poderes del Estado.

Es decir, muchos millones de conciencias, voluntades, formas de pensar y sentir, que compartimos nuestras vidas en sociedad.

La Constitución es un acuerdo. Obliga a renuncias particulares para obtener a cambio un bien común que no aparte a nadie.

Ni siquiera a quienes quisieran apartarse por sí mismos, por no aceptar otra cosa que su propia e «iluminada» visión del mundo. Incluso a ellos la Constitución los protege.

Por otro lado, la Constitución no es una panacea. La desigualdad, la injusticia, la violencia —la lista sería larguísima—, no se resuelven solo con un libro en la mano. Hay que remangarse con pico y pala.

¿Nos hace entonces la Constitución más fuertes? ¿Seguiremos celebrándola? ¿Defenderemos con fe sus valores? ¿Merecen de verdad la pena sus objetivos?

Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.

Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.

Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.

Establecer una sociedad democrática avanzada, y

Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.

Sí, definitivamente la merecen.

¡Viva la Constitución Española!

martes, 13 de noviembre de 2018

Pregunta sin respuesta

Silla desvencijada junto al lago.

Cuando no sabes qué decir. Ni siquiera qué decirte a ti mismo.

Cuando todo parece un círculo, sin un lejos, sin un cerca, sin un quizá liberador jamás.

Cuando no puedes distinguir, un día y otro día, cuál es la pregunta y cuál es la respuesta.

Aún te queda el silencio. Calla. Escucha. Solo escucha…

martes, 6 de noviembre de 2018

El rincón de los niños

Carro de helados.

Niños los hay de muchas edades.

Sobre todo, al pasar junto al carrito de los helados.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Concierto para grupo y orquesta

Concierto para grupo y orquesta, del compositor y teclista de Deep Purple Jon Lord. Si no lo conocéis, una revelación.


lunes, 29 de octubre de 2018

Tierra de campos

Clave de lectura: Memoria de una época en Madrid.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: La chica de ayer, de Nacha Pop ♪♪♪
Portada del libro Tierra de campos, de David Trueba.

Fluidez. Esa es la palabra que andaba buscando para empezar el comentario.

Fluidez narrativa. Naturalidad. Cada escena tiene su porqué en el transcurrir de la historia de Tierra de campos.

Una historia que son los recuerdos de Dani, el protagonista, alternados con el viaje que hace en el presente al pueblo de su padre para enterrarlo.

Una retrospectiva, ya bien pasados los cuarenta, hacia el viejo barrio madrileño de Estrecho, el colegio, los amigos, los inicios en el mundo de la música, el amor...

Hacia el rebelde y provocador Gus. Hacia el padre, la madre, Animal, Oliva, Keiko, todos quienes han jugado algún papel para convertido en la persona que es.

Fama. Caída. Resiliencia.

Y cuyo resultado supone también la memoria de una época.

Mi enhorabuena a David Trueba.


martes, 23 de octubre de 2018

Samarcanda

Atardecer en Samarcanda.

Atardecer en Samarcanda.

lunes, 8 de octubre de 2018

Paso tras paso

Hombre caminando en Jianshui.

Paso tras paso.
Cada paso sigue
a los otros.
No hay nada más.

martes, 25 de septiembre de 2018

Por poco

Beso en una calle de Dali.

A punto estuve de no levantar la cámara cuando pasé cerca de ellos. Por poco. Ya podéis ver la razón.

¿Cómo que no la veis? Pero si está claro.

¿Camisa con cuello de botones con un traje? ¿Y además desabrochados? No, hombre, no, a quién se le ocurre ir así vestido para besar…

jueves, 20 de septiembre de 2018

Tan cerca del aire

Clave de lectura: Magia y poesía.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: El lago de los cisnes, de P.I. Tchaikovsky ♪♪♪
Portada del libro Tan cerca del aire, de Gustavo Martín Garzo.

La belleza lírica de esta obra de Gustavo Martín Garzo, que abraza los sentidos, merece que pasemos sus páginas con un estado de ánimo especial.

Como si aún no hubiéramos despertado, casi como en un sueño.

Uno en el que Jonás, un adolescente que ha heredado el puesto de cartero del pueblo, entrega la correspondencia a doña Julia y ella le relata quién fue su madre.

Esa misteriosa mujer a quien el padre encontró en el bosque, perseguida por los lobos. De quien se enamoró sin medida.

Y quizá su historia pueda explicar por qué las garzas, cuando vuelven cada año del frío norte, se acercan sin temor al muchacho mientras él las observa en la laguna.

Un poema que es una novela. Una novela que es un poema: Tan cerca del aire.


viernes, 14 de septiembre de 2018

Día 12

Reflejo de luz.

Día doce,
distancia,
espejo callado
del recuerdo.