Niños los hay de muchas edades.
Sobre todo, al pasar junto al carrito de los helados.
Música, libros, fotos, historias, pensamientos, ficciones, viajes y qué sé yo cuántas cosas más...
Niños los hay de muchas edades.
Sobre todo, al pasar junto al carrito de los helados.
Concierto para grupo y orquesta, del compositor y teclista de Deep Purple Jon Lord. Si no lo conocéis, una revelación.
Fluidez. Esa es la palabra que andaba buscando para empezar el comentario.
Fluidez narrativa. Naturalidad. Cada escena tiene su porqué en el transcurrir de la historia de Tierra de campos.
Una historia que son los recuerdos de Dani, el protagonista, alternados con el viaje que hace en el presente al pueblo de su padre para enterrarlo.
Una retrospectiva, ya bien pasados los cuarenta, hacia el viejo barrio madrileño de Estrecho, el colegio, los amigos, los inicios en el mundo de la música, el amor...
Hacia el rebelde y provocador Gus. Hacia el padre, la madre, Animal, Oliva, Keiko, todos quienes han jugado algún papel para convertido en la persona que es.
Fama. Caída. Resiliencia.
Y cuyo resultado supone también la memoria de una época.
Mi enhorabuena a David Trueba.
A punto estuve de no levantar la cámara cuando pasé cerca de ellos. Por poco. Ya podéis ver la razón.
¿Cómo que no la veis? Pero si está claro.
¿Camisa con cuello de botones con un traje? ¿Y además desabrochados? No, hombre, no, a quién se le ocurre ir así vestido para besar…
La belleza lírica de esta obra de Gustavo Martín Garzo, que abraza los sentidos, merece que pasemos sus páginas con un estado de ánimo especial.
Como si aún no hubiéramos despertado, casi como en un sueño.
Uno en el que Jonás, un adolescente que ha heredado el puesto de cartero del pueblo, entrega la correspondencia a doña Julia y ella le relata quién fue su madre.
Esa misteriosa mujer a quien el padre encontró en el bosque, perseguida por los lobos. De quien se enamoró sin medida.
Y quizá su historia pueda explicar por qué las garzas, cuando vuelven cada año del frío norte, se acercan sin temor al muchacho mientras él las observa en la laguna.
Un poema que es una novela. Una novela que es un poema: Tan cerca del aire.
Aunque fueras solo un sueño,
por soñarte cruzaría
el velo de los abismos,
inundándolos de luz.