Es tan famoso y está tan valorado...
Nada, nada, no hay que esperar ni un segundo más. Vamos a leer El arte de amar, de Erich Fromm.
Por supuesto, la premisa de que no debemos dedicar nuestra energía vital a lograr el éxito y el dinero, el prestigio y el poder, sino a cultivar el arte de amar, me atrae como una piedra imán.
Pero cuando por fin llego a la última página, ¡por fin!…
Ya era hora...
Me parece que me quedo sin nada: ni éxito, ni pasta, ni prestigio ni expansión emocional ni gaitas. Voy a contracorriente de la opinión general.
¡Cómo me he aburrido!
P.D.: Como expiación por una crítica tan destructiva, pongo una música maravillosa de Abel Korzeniowski.