miércoles, 31 de julio de 2019

El coronel no tiene quien le escriba

Clave de lectura: Pequeña epopeya cotidiana del viejo coronel y su esposa.
Valoración: Brillante. O más aún ✮✮✮✮✮
Música: El coronel no tiene quien le escriba, de David Mansfield ♪♪♪
Portada del libro El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez.

En este año de gloria de 2019, leo por primera vez El coronel no tiene quien le escriba. ¿Es raro que no lo hubiera hecho antes? Pues sí.

Año de gloria, efectivamente, porque Gabriel García Márquez produce un efecto similar a la plenitud.

No sé de qué maravillarme más. ¿La riqueza expansiva de un lenguaje que tantos compartimos y al que la mayoría solemos encerrar en límites por comparación?

¿La maestría con la que dos personajes que ni siquiera tienen nombre, el coronel y la mujer —y el gallo— parecen tan presentes como si compartiésemos con ellos la existencia?

¿La emotividad al narrar unas vidas que hace cincuenta y seis años esperan un correo prometido, una pensión de veterano, aunque la lancha jamás traiga carta?

¿Y que ahora han de elegir entre alimentar bien al gallo, si desean que esté en forma para competir y vencer cuando llegue la temporada de peleas, o alimentarse ellos mismos?

Todo comienza una mañana de funeral...


viernes, 26 de julio de 2019

Telefónica

Clave de lectura: Madrid, 1936: los habitantes del edificio de Telefónica en Gran Vía.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Sinfonía Castellana (III.Nocturno: Lento), de Antonio José Martínez Palacios ♪♪♪
Portada del libro Telefónica, de Ilsa Barea-Kulcsar.

Hablemos un poco de Telefónica.

Qué fibra ni qué móvil… ¡La novela! Ilsa Barea-Kulcsar terminó de escribirla en 1939.

Aunque estrictamente los personajes y la trama pertenezcan a la ficción, lo cierto es que Ilsa llegó a Madrid durante la Guerra Civil para trabajar como censora de la prensa extranjera. La oficina se ubicaba en la sede de esta empresa en Gran Vía.

De manera que sus propias experiencias influyeron mucho en el texto. Como ella, Anita, la protagonista, es una exiliada con conocimiento de idiomas a quien encargan controlar las crónicas que envían los corresponsales.

Madrid es primera línea del frente y el rascacielos un centro estratégico de comunicaciones, muy visible para los obuses y bombarderos que la asedian.

Allí conoce a su superior, Agustín —trasunto de quien se convertiría en el marido de la autora, Arturo Barea—, y al resto de habitantes del edificio: milicianos, telefonistas, reporteros, familias refugiadas del horror bélico…

Así como otros con quienes hubiera sido mejor no cruzarse, como la policía política que persigue a potenciales disidentes. Son tiempos de «paseos» de los que nunca se vuelve.

Quizá sea la descripción de estos caracteres el punto más débil del libro. Cada persona, puesta a prueba, resulta casi un modelo de nobleza o mezquindad, según el rol que le toque. Se echa en falta la gama de grises que la mayoría llevamos dentro.

No obstante, brillan con fuerza otras virtudes. El sentido dramático, las sensaciones de peligro y ansiedad, están muy bien conseguidos. Sin duda sabe reflejar aquel ambiente en que tantas vidas se vieron golpeadas.

Y las luchas internas, la desconfianza e incluso el odio mutuo según la organización en que se milite —anarquismo, socialismo, comunismo stalinista o trotskista— también quedan recogidos con acierto.

Sin olvidar el menosprecio con que a menudo una sociedad machista recompensaba a las mujeres que querían participar en ella activamente.

Elogiable recuperación literaria.


lunes, 22 de julio de 2019

¿Una gran ilusión?

Clave de lectura: Historia y perspectivas de la Unión Europea, vistas en 1995.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Bleu (Song for the Unification of Europe), de Zbigniew Preisner ♪♪♪
Portada del libro ¿Una gran ilusión?, de Tony Judt.

Tony Judt escribió ¿Una gran ilusión? Un ensayo sobre Europa allá por 1995. En el prólogo advierte de que habrá quien le tache de euroescéptico, pero se trata de un europeo entusiasta. Uno que no cree en una Europa común.

En el primer capítulo nos recuerda el contexto en que nació la Unión: un mundo de posguerra. Hubo quienes pensaron que las heridas de la historia no debían impedir una mirada de futuro, aun a riesgo de sufrir una «amnesia colectiva».

A continuación analiza los «países del Este». ¿Pertenecen no solo en términos geográficos, sino espiritualmente, a la europeidad? ¿Merecen integrarse? Su conclusión es pesimista.

La tercera parte está dedicada a los factores que hicieron a sus habitantes orgullosos de pertenecer al club y al resto del continente candidatos a franquear la puerta. Y de qué manera la reducción de la prosperidad ha favorecido el retorno a unos nacionalismos —o incluso regionalismos— que habían quedado superados.

Ya en el epílogo pone Judt de manifiesto la «falta de corazón» que nos aqueja. Los europeos no nos sentimos por dentro como tales. No hemos desarrollado la identidad de las naciones-Estado clásicas. El burocratismo, el funcionamiento de los bloques de poder, alejan a la gente de los ideales. Y la cartera está dejando de ser suficiente como pegamento de lo heterogéneo.

Se podrá estar o no de acuerdo con todos sus planteamientos —a mí me parece que profetizó con agudeza varios problemas de nuestro presente mientras iba desencaminado en otra serie de aspectos—. Pero, desde luego, a este pensador hay que tenerlo en cuenta. Obtendremos valiosas lecciones.


martes, 16 de julio de 2019

Las aventuras del barón Münchausen

Clave de lectura: ¡Pues claro que volé sobre una bala de cañón! ¿Quién osa dudarlo?
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Las aventuras del barón Münchausen, de Michael Kamen ♪♪♪
Portada del libro Las aventuras del barón Münchausen, de Rudolf Erich Raspe.

Me gustaría tener tanta imaginación como Rudolf Erich Raspe.

Algo más tardío que el Gulliver de Swift, y con un siglo por medio con el Viaje a la Luna del ínclito Bergerac, la lectura de Las aventuras del barón Münchausen sugiere ciertos ecos de ambos.

Ese recurso al absurdo, a la exageración suprema para satirizar tantos comportamientos humanos…

Aunque el barón protesta de que podamos poner en duda su honor. Insiste en que todo lo que le ocurre en estas páginas es real.

El lobo que arrastra su trineo por Rusia, las batallas al mando de un cuerpo de húsares, los estragos causados a horcajadas de una bala de cañón a los papistas españoles que asedian Gibraltar…

Las andanzas turcas, ceilanesas o más allá, en la isla del queso, en el estómago del monstruo marino, en los reinos selenitas…

Una amplia sonrisa al devolverlo a su estante, ¡qué mínimo!

P. D.: La última edición española está ilustrada de forma igual de imaginativa por Javier Zabala, también su trabajo es digno de mencionar.


miércoles, 10 de julio de 2019

Tres periodistas en la revolución de Asturias

Clave de lectura: Los hechos de la revolución en Asturias de primera mano.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Danzas sinfónicas (II.Declamatoria), de Julián Orbón ♪♪♪
Portada del libro Tres periodistas en la revolución de Asturias.

A lo mejor a nosotros el año 1934 nos parece lejanísimo. Pero a quienes lo vivieron, la imagen de un acorazado bombardeando Gijón, o el casco urbano de Oviedo destruido por los mineros, debió de resultarles algo impactante.

La narración de Tres periodistas en la revolución de Asturias corre a cargo de Manuel Chaves Nogales, José Díaz Fernández y Josep Pla, cada uno con un estilo, en unas circunstancias y con un punto de vista propio.

Díaz elige el «reportaje novelado». Básicamente, consiste en utilizar técnicas de relato «basado en hechos reales».

En él expresa su simpatía por personajes comprometidos con el intento de golpe revolucionario, que pese a no contar con apoyos, continúan la lucha hasta el final.

Pla, por su parte, a través de crónicas publicadas en La Veu de Catalunya, contextualiza los hechos dentro de la política de la República. Intenta aclarar los antecedentes que movieron a los protagonistas.

Chaves, en fin, es un reportero «al pie de la noticia». Se mueve por la zona aún humeante, buscando testimonios de primera mano que le permitan exponer lo ocurrido en las páginas del diario Ahora: qué, quién, cómo, por qué…

Lectura muy instructiva para el conocimiento de nuestra historia.


martes, 2 de julio de 2019

Los espacios de la muerte viviente

Clave de lectura: Una idea conduce a otra, que conduce a otra, que…
Valoración: Asombroso ✮✮✮✮✮
Música: Suite para violonchelo nº 1 (I.Preludio), de J.S. Bach ♪♪♪
Portada del libro Los espacios de la muerte viviente, de László F. Földényi.

Pongámonos en situación: en el Museo de Berlín hay un cuadro, Vista arquitectónica, pintado por Francesco di Giorgio Martini alrededor de 1490.

László F. Földényi se para delante y nos describe la escena: edificios, materiales, distribución, algunos barcos al fondo…

Y de repente, en el primer piso del edificio de la derecha, nota una persiana abierta. No ocurre en ningún otro ventanal. Solo ese detalle escapa a la perfecta simetría de una ciudad que no parece viva.

Que no parece humana.

Partiendo de aquí, comienza a tejer la explicación de muchas cosas: relatos de Kafka, imágenes de Chirico, el panóptico de Bentham, el significado detrás de las grandes construcciones nazis y soviéticas…

Solo puedo quedarme con la boca abierta hasta que llego a la última página de Los espacios de la muerte viviente. ¿De dónde surgen mentes como la de este autor? ¿De qué manera nacen las ideas que plasma en su ensayo?

¡Qué despliegue tan increíble de pensamiento asociativo!