miércoles, 28 de abril de 2010

A tu sombra sin cuerpo...

Ramo de rosas rojas.

Hoy, una vez más, reclama la noche
el tributo que le niegan mis ojos.
Malherido de oscuridad,
me arrebata por fin su memoria.

A tu sombra sin cuerpo estoy atado.

A tu sombra sin cuerpo, a tu ausencia
que es presencia cierta,
a esta sombra que eres tú, hecha de aire
que no puedo respirar,
que no puedo tocar,
silente,
que nunca responderá si la llamo amor.

Descansas ahora, tan inmóvil,
que para no despertarte
mi pecho se ha detenido.

Contemplo a ciegas tu rostro,
cada mínima curva, la más pequeña
huella de una sonrisa tuya
que explique el porqué del mundo.

Te beso.

Y en el último momento,
en la última oportunidad antes
del alba,
de que leve te desvanezcas,
del adiós,
será el recuerdo de ese beso, de tu sombra,
de lo que no ha ocurrido,
lo que me devuelva
de nuevo la vida.

Inmensa plenitud
de ti.

miércoles, 21 de abril de 2010

La ignorancia

Clave de lectura: Las diferentes caras de la memoria entre Irena y Josef, tras años de exilio.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: Sinfonía nº 8 (III.Allegretto grazioso), de Antonín Dvorák ♪♪♪
Portada del libro La ignorancia, de Milan Kundera.

En La ignorancia, la verdadera protagonista es la memoria.

Mejor dicho, las diferentes caras de la memoria. Porque los mismos hechos tienen significados dispares para cada personaje.

Irena y Josef se cruzan en el aeropuerto de París, tiempo después de su primer encuentro de juventud. Son dos exiliados checos que viajan a Praga tras la caída del muro. Un lugar del que las calles y hasta la forma de hablar de la gente les parecen ahora ajenas.

Ella reconoce a aquel hombre que una vez la miró intensamente en una cervecería. Él no la recuerda en absoluto, pero no se atreve a confesárselo.

Irena está ilusionada. Quizá pudiera ocurrir algo entre ellos al fin. Quedan en llamarse para salir a cenar la noche anterior al vuelo de regreso.

Hasta entonces, cada uno recorrerá de nuevo su vida, las personas que han dejado atrás, las sensaciones, los detalles en apariencia insignificantes que los han convertido en quienes son. ¿Y quiénes son en realidad?

Milan Kundera... Escritor de los que se elevan por encima de la mayoría. De esos elegidos que, incluso cuando producen una obrita «menor», nos regalan algo especial.

¿Se me nota la admiración? Pues eso.


domingo, 18 de abril de 2010

La luz

Luz flotando en medio de la oscuridad.

La luz.
Detrás de mí,
o delante, o a un lado,
o quizás al otro, no estoy seguro
(estaba ebrio,
ebrio de vida).
La luz.
Tan cerca,
que casi hubiese podido
tocarla,
arder,
consumirme en ella.
La luz.
Difuminándose
paso a paso,
dejándome aquí,
vacío, sin nada,
sin nada.
La luz.

viernes, 2 de abril de 2010

La cabeza de mi padre

Clave de lectura: ¿Cómo encontrar tu lugar en el mundo si eres un emigrante húngaro en Argentina?
Valoración: Estimable ✮✮✮✩✩
Música: Por una cabeza, de Nicola Benedetti ♪♪♪
Portada del libro La cabeza de mi padre, de Kalman Barsy.

En La cabeza de mi padre, Kalman Barsy nos presenta a una familia húngara que emigra a Argentina. Y a continuación relata de qué manera afecta esa nueva vida a cada uno de sus miembros.

Zoltán, el padre, transmutado en Zoilo, añorará hasta el fin de sus días los picantes sabores culinarios que la esforzada madre no puede reproducir con los ingredientes locales.

El hijo mayor, Laci, de espíritu aventurero, se convertirá en el modelo cuya memoria planea sobre su hermano Attila.

Y este, el narrador, favorablemente dispuesto a las costumbres del país de acogida, será no obstante considerado con displicencia por quienes consideran que «húngaro» y «gitano» vienen a ser lo mismo.

Una novela estimable que gira alrededor de dos ideas: el sentimiento de pertenencia a un lugar y la falta de reconocimiento a los esfuerzos cuando se vive bajo la sombra de alguien más popular.

Para todos, a un lado y otro de la mar, un saludo.